INSTANTE DE LOCURA, EFECTO DE LA SOCIEDAD ACTUAL

En la actualidad ocurren de manera continua crímenes abruptos sin motivo aparente. Este problema no se da solo en una determinada cuidad, país o continente; sino por el contrario, ocurre en todos los lugares del mundo. Esto nos lleva a pensar que no hay fronteras establecidas para delimitar este tipo de crímenes conocidos por sus características como “random crimes”, ya que no importa el lugar en el que vivamos o hacia donde decidamos dirigirnos, este problema siempre estará en nuestro entorno.
Este hecho nos lleva a pensar como podemos evitarlos si no tenemos a donde huir, y cuales son las causas que llevan a las personas a cometerlos a fin de poder buscar formas de evitarlos.
Entre las causas propuestas surgen la pobreza, violencia, desempleo, presiones laborales, entre otras; así como mezcla de todas las anteriores a la vez. Sin embargo, dadas las características de nuestra sociedad actual, las causas antes mencionadas ocurren en todo lugar y en todo momento a prácticamente todas las personas.
Como ya se ha mencionada todas las personas nos encontramos expuestas a las causas de este tipo de crímenes pero no todas cometemos estos actos.

El detonante para este tipo de crímenes está en nuestro propio entorno. Debido a esto surge la pregunta: ¿Todos somos culpables de la ocurrencia de este tipo de crímenes? Si es así ¿Tenemos la capacidad para poder evitarlos?
Esto nos lleva a pensar hasta que punto debemos tener miedo de nuestra manera de actuar, pensar y sentir ya que no sabemos en que momento podemos afectar a otra persona de tal manera que despertemos en ella un instante de locura. Pero si todos viviésemos pensando de esta manera no solo el ambiente que nos rodea seria uno lleno de sospecha entre unos y otros, sino también nuestro yo interno tendría una sospecha continua de nuestro comportamiento.
Esto nos lleva a sentir inseguridad, no importa el lugar en el que estemos, podríamos llegar a un punto tal en el que nos demos miedo nosotros mismos ya que sabemos que todos estamos expuestos a las causas mencionadas de los instantes de locura. Aunque se mencione que un determinado país es catalogado como un lugar seguro para vivir, no existe una base sólida que ante las características de la sociedad actual nos haga sentir seguros. Esto nos hace no poder vivir tranquilos y por tanto a no poder mejorar como personas en conjunto. Al salir a la calle, tomamos siempre todas las medidas preventivas para evitar asaltos, secuestros, violaciones, entre otros; porque es así como nos hemos acostumbrado a vivir. Sin embargo, no nos damos cuenta que esta forma de vida nos lleva a sentirnos no solo inseguros con el medio externo sino también a sentirnos inseguros internamente y a desconfiar de las personas.

Existe en la actualidad muchos casos de generalizar a las personas ya sea por su raza, estatus socioeconómico, forma de vestir, entre otros; que es producto la mayoría de veces de un antecedente previo. Esto quiere decir que si en algún momento nos asaltaron al salir de un lugar y la persona era de piel oscura o usaba un determinado tipo de ropa; la siguiente vez que salgamos a algún lado vamos a sospechar de todas las personas que posean rasgos similares. Tal vez esto pueda sonar un poco exagerado, pero aunque muchas veces no lo queramos admitir, nuestro subconsciente tiene una especie de alerta con las personas que poseen estas características, pese a que muchas veces ocurre que las personas que son totalmente opuestas a lo que pensábamos son las que finalmente nos atacan.
Podemos concluir que no podemos exceptuarnos de culpa al hablar de los instantes de locura que surgen en aquellas personas que realizan los crímenes aleatorios. Si bien no tenemos culpa directa porque nadie desea que ocurran este tipo de crímenes y promueve constante en forma directa generar resentimientos en ciertas personas contra los individuos de la sociedad; es nuestra forma de actuar con los demás lo que muchas veces de manera indirecta hace que se active una especie de interruptor interno para liberar toda la ira retenida en el transcurrir del tiempo. No todos nos vemos afectados de la misma manera ante determinadas circunstancias y por ello no todos reaccionamos igual, pero eso no quiere decir que no debamos preocuparnos por como actuamos frente a los demás.